miércoles, 27 de junio de 2012

A la Banda Municipal de Pájara...

¿Cómo se empieza una nota de despedida cuándo no deseas despedirte?


¿Cómo se empieza una nota de despedida cuándo no deseas despedirte?


Quizás a lo Cole Porter, con un Begin The Beguine…


La lástima es no ser mister Porter, ya sabéis, tocar como ese gran bestia del saxofón, pero la alegría es que, al contrario que él, yo, sin tocar ni siquiera una trillonésima parte de cómo tocaba él, me siento más rico porque os me he cruzado con vosotros en el camino. Y ese es el motivo de no desear despedirme.


Despedida porque, junto con mi familia, he decidido volver a Barcelona para estar más cerca de nuestros parientes, aunque dejamos a mucha gente que se ha ganado un rinconcito junto a todos esos parientes.
Y de verdad que se nos echa encima el momento de la partida pues a mediados de julio llegaremos de nuevo al norte. Pero os aseguro que volveremos de vez en cuando a comprobar si seguís tocando cada día mejor o si habéis dejado que los instrumentos cojan demasiado polvo o los estén usando para apuntalar un edificio público en ruinas.


A todos vosotros, pequeños y grandes locos de la Banda Municipal de Pájara, a los chinorris, a los soplacañas, a los de la boquita de piñón enrojecida, a los teleñecos de la percu, al frente atlético de la tercera edad, a los profes desaliñados que ya tenían recortes antes de que se hubiera puesto la palabra en el diccionario, al Cheroky, a los irreductibles (galos) acompañantes, a todos los que siempre estáis, estuvisteis y a alguno de los que estará en el futuro, os dejo al cuidado de un trocito de mi que no me voy a poder llevar en el avión.


Han sido cuatro años de aventura musical con vosotros, algo que ni me hubiera imaginado antes de llegar a la isla. Unos cuantos alumnos, cada uno excepcional a su manera y de los que he aprendido mis propias lecciones, que no solo el profesor enseña en cada clase, que los alumnos también nos formáis y nos enriquecéis a cada minuto que pasamos junto a vosotros. Me llevo muchísimas alegrías a vuestro lado, muchas actuaciones increíbles, muchas manos estrechadas, muchos besos puestos en un montón de mejillas, muchos cigarros (¡¡¡niños, no fuméis!!!), muchas cervezas y refrescos, muchísimos kilómetros bajo las estrellas, bajo el sol, lloviendo (raro, ¿eh?), con calima, con obras, con muchos controles de los ecologistas de verde, pero sobre todo, con infinita alegría y satisfacción porque habéis hecho que cada viaje para tocar junto a vosotros haya valido la pena, me haya hecho esforzarme a querer ser mejor músico y porque cuando llegue a Barcelona voy a ser mucho más rico de lo que vine. Como os dije antes, yo os tengo a vosotros y Cole Porter no.


En serio os digo que no sé como despedirme…


Quizás dando una pequeña master class, gratuita, dejando que la escriba mi corazón, para todos, músicos, acompañantes y familiares:


De cada minuto que pasáis todos juntos, con la excusa de la música, lo importante de verdad no son tocar todas las notas, en su forma y sonido correctas (lo siento dire, pero las cosas son como son…). Lo importante es la sonrisa con la que pasáis ese minuto y la sonrisa que provocáis en los que lo pasan junto a vosotros. Lo importante es que cuando os levantéis al día siguiente echéis de menos a vuestra gente de la Banda, no la obra que tocasteis y que tanto os gustó.


¿Qué canción me gusta más de las que tocamos? Una que haya tocado con vosotros.


Os voy a echar de menos, por lo menos hasta que vuelva a veros. Espero que vosotros lo paséis tan bien que no tengáis tiempo de añorarme a mí.


Venga, chicos, que empieza el espectáculo, a ver todos juntos esa nota de afinar…………


Carlos Alberto Gómez Serrano